Taquillas inteligentes y entregas de última milla: una solución inteligente para reducir el tráfico y el impacto ambiental del comercio electrónico
- 29 de junio de 2023
- Elena Federici
961 millones de paquetes: esta es la cifra publicada por AGCOM, el regulador de las comunicaciones, en relación con la entrega de paquetes en el territorio italiano en 2021.
La cifra, un 3,5% superior a la del año anterior, atestigua la creciente familiaridad de los italianos con las compras en línea, un hábito cada vez más arraigado que creció significativamente durante la reciente pandemia de COVID-19, con cerca de 1,8 millones de italianos más visitando sitios de comercio electrónico en 2022 que en 2021.
Los italianos compran en línea y reciben cada vez más productos a domicilio, desde bienes de consumo hasta comestibles y más, en algunos casos gracias a fórmulas de «todo incluido» que permiten, previo pago de una cuota anual, que los gastos de envío sean siempre gratuitos (salvo raras excepciones).
Fórmulas como ésta incentivan las compras en línea, aunque existen varias externalidades negativas que no siempre se tienen debidamente en cuenta: veamos algunas de ellas.
Aumento de la congestión del tráfico
El aumento de los pedidos en línea provoca un incremento del tráfico rodado de vehículos dedicados al reparto, a menudo de tamaño considerable, que tienen que desplazarse en los momentos en que la gente puede recibir paquetes, normalmente por la mañana y por la tarde.
Estos vehículos, que tienen que detenerse con frecuencia para realizar las entregas, quizá en condiciones que no son las ideales, especialmente en los grandes centros urbanos y en las zonas con mayor densidad de población, agravan las condiciones del tráfico, lo que supone un coste colectivo no desdeñable.
Mayor consumo e impacto ambiental
Aunque se está llevando a cabo un proceso de modernización, la flota de vehículos que se utiliza para las entregas está formada por vehículos con muchos años a sus espaldas, a menudo propulsados por gasóleo. Cada kilómetro adicional recorrido, quizás para llegar a una casa alejada del centro de la ciudad, se traduce en un consumo cuyo impacto ambiental, si los consideramos en su conjunto, llega a ser significativo.
También es importante tener en cuenta que estos vehículos a menudo no viajan con la carga completa (¡todo lo contrario!), con lo que el impacto ambiental por paquete transportado es muy significativo.
Si luego la persona que debe recibir el paquete no está disponible y se planifican nuevos intentos de entrega, es obvio que el coste medioambiental de la entrega aumenta considerablemente, al igual que el coste en que incurre el operador logístico, que a su vez lo repercutirá en el vendedor con un mayor coste de entrega.
Para mitigar este impacto, algunas plataformas ofrecen a los compradores la posibilidad de agregar varias compras en un único envío, un punto justo pero que todavía no está tan extendido.
Tráfico, impacto medioambiental, entregas vacías: con casi mil millones de paquetes entregados en un año, estos son costes para la comunidad que deben ser considerados, buscando mejores alternativas para los operadores de negocios, los individuos, la comunidad y el planeta.
Entre ellas, el uso de taquillas inteligentes como puntos de entrega y recogida, en inglés PUDO (Pick-Up and Drop-Off), sigue siendo una de las más interesantes, veamos por qué.
Taquillas inteligentes al servicio de la última milla
Las ventajas de utilizar taquillas inteligentes como puntos de entrega y recogida ya se han puesto de manifiesto en el contexto de un proyecto europeo, SPROUT, en el que se instalaron varias taquillas inteligentes cerca de estaciones de metro de la ciudad de Valencia (España).
Los habitantes de las zonas cubiertas por este proyecto pudieron recoger sus pedidos durante su trayecto de casa a la oficina (y viceversa), lo que permitió a los repartidores disponer de un punto único y seguro al que llevar sus paquetes, con múltiples ventajas:
- La posibilidad de entregar paquetes sin tener que ponerlos en manos de los destinatarios permitió a los mensajeros desplazarse en horas de poco tráfico, lo que redujo tanto el consumo como el impacto en el propio tráfico.
- Los costes asociados a las entregas en vacío se redujeron sustancialmente hasta cero.
- El menor número de kilómetros recorridos supuso un importante ahorro de tiempo, dinero y recursos.
Los destinatarios de las entregas, ante la necesidad de llegar a la taquilla inteligente para recogerlas, también han experimentado importantes beneficios, entre ellos:
- La posibilidad de recoger sus paquetes cómodamente, según sus horarios y compromisos, en un lugar donde están almacenados de forma segura.
- La posibilidad de no tener que quedarse en casa esperando las entregas, quizás teniendo que ausentarse del trabajo.
- La posibilidad de no tener que interrumpirse para recoger las entregas durante la jornada laboral cuando se trabaja desde casa.
Los excelentes resultados de la experiencia llevada a cabo en Valencia y otras experiencias en toda Europa hacen que las taquillas inteligentes sean cada vez más una parte esencial de las ciudades inteligentes del presente y del futuro.